La mayor planta de horno de fundición de metal de arco eléctrico
del Mediterráneo tuvo, desde su puesta en marcha, un problema
de quemado de las mangas a consecuencia de las chispas. Un
análisis rápido mostró que el supresor de chispas no funcionaba
correctamente. Además, la asimetría del flujo sobrecargaba
algunos compartimentos de filtros.
Rediseñamos el sistema a un coste mínimo asegurando el
funcionamiento prolongado sin problemas. En consecuencia,
supuso un ahorro de 250,000 €/año en mantenimiento, además
de los costes de las multas asociadas. El aire en la ciudad es
más limpio ahora.